Meditación guiada para sentirse a gusto con el cuerpo

Los complejos y las inseguridades con el cuerpo son más comunes de lo que creemos porque vivimos en una sociedad que idolatra un estándar único de belleza.

Amar el cuerpo es un proceso largo, pero posible. Crédito: Pexels

Los complejos y las inseguridades con el cuerpo son más comunes de lo que creemos. Infortunadamente es una de las problemáticas que no solo afecta a las mujeres sino también a los hombres porque vivimos en una sociedad que idolatra un cuerpo ideal. En este artículo, te mostramos una meditación guiada para amar tu cuerpo y sentirte a gusto con él. 

A menudo esta apreciación de lo que es la belleza, permea la percepción de nuestro propio cuerpo y tal vez lo juzgamos de manera desproporcionada. Los pensamientos negativos sobre nuestra apariencia física pueden llegar a ser más dañinos para nuestra salud y bienestar. Además, es posible que tomemos decisiones extremas sobre nuestra alimentación. 

Superar estos complejos es un camino largo, pero sin duda es posible despertar el amor incondicional hacia tu cuerpo. Sigue el paso a paso de esta meditación a diario y verás los cambios en ti misma.

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Meditación guiada para amar el cuerpo 

Para comenzar, el amor hacia el propio cuerpo siempre se inicia en el silencio y en la quietud. En un espacio y tiempo donde puedas tener una conexión profunda con tu verdadero yo. Una vez lo encuentres, sigue los siguientes pasos:

  1. Acuéstate en el suelo sobre una manta y cierra los ojos. Centra tu atención en tu mundo interior y aléjate de lo que esté ocurriendo afuera. Siente todo el aire que entra y sale de tu cuerpo. No hagas ninguna intervención al respecto, simplemente deja que tus pulmones hagan el trabajo de respirar de manera natural. 
  2. Siente el trabajo que está realizando tu corazón. Tómate el tiempo de sentir cómo la sangre fluye por todo el cuerpo, desde el corazón hasta tus extremidades y torso. 

    Amar el cuerpo es un proceso largo, pero posible. Crédito: Pexels

  3. Luego, siente también cómo el suelo sostiene tu cuerpo. En este instante, no tienes que hacer absolutamente nada. Simplemente se trata de disfrutar el presente y la calma que tu cuerpo está sintiendo. 
  4. En medio de esta quietud y tranquilidad, encontrarás el centro de tu cuerpo. En voz alta puedes decir: “Gracias, cuerpo, por ser la casa de mi alma. Te amo tal y como eres”. Este mantra lo puedes repetir diferentes veces para que poco a poco tu cuerpo escuche palabras positivas y deje a un lado los pensamientos negativos de juicios. Recuerda que amar el cuerpo toma tiempo y constancia. 

Durante el día saca al menos 10 minutos para realizar esta meditación  y en el transcurso de la semana puedes practicarlo al menos tres veces. Con paciencia verás cambios positivos en el proceso de amar tu cuerpo.

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