¿El pollo se lava? ¡No! y te decimos por qué nunca deberías hacerlo

Cuando alguien te pregunte si el pollo se lava solo tendrás que responder ¡no!, es lo peor que puedes hacer y te decimos la razón.

Pechuga de pollo/Pixabay

Buscar que todos nuestros alimentos estén limpios y desinfectados es muy importante. Gracias a eso evitamos enfermedades y momentos muy desagradables; sin embargo, no todo lo que comemos tiene que lavarse. Por ejemplo, a la pregunta: ¿el pollo se lava? Siempre tiene que seguir un rotundo ¡no!

Lavar el pollo con agua -y hasta con jabón- parece lógico, pero hacerlo es contraproducente, ya que la carne cruda de pollo contiene bacterias en sus jugos. Al enjuagarlo en el fregadero corres el riesgo de que agua con bacterias de pollo caiga sobre la tarja, los platos y toda tu cocina.

Las bacterias presentes en el pollo pueden causar intoxicaciones alimentarias, cuyos síntomas principales son diarrea, vómito, fiebre y malestar general. Como se lee en un artículo publicado por Cleveland Clinic, dichos microorganismos son los responsables de  enfermedades como salmonella y otro tipo de intoxicaciones que, si no se detectan a tiempo y se siguen las recomendaciones de expertos, pueden tener efectos graves en la salud.

No te pierdas: Tacos de pollo estilo mexicano: receta fácil

 

Pollo/Pixabay

Entonces, ¿cómo lavar y cocinar el pollo de forma correcta?

El pollo no se lava con agua ¡nunca! Esa frase debería estar tatuada en la piel de todas las personas que cocinan este tipo de carne. La buena noticia es que existen otros métodos para preparar el pollo de forma correcta y que su consumo sea seguro.

  1. Almacena el pollo crudo en la parte más baja de tu refrigerador o congelador. De esta forma evitarás que los jugos contaminen otros alimentos y las bacterias se esparzan.
  2. Utiliza una tabla para cortar especial para el pollo. Así no habrá ningún tipo de contaminación cruzada y los gérmenes se quedarán en su lugar.
  3. Con las manos limpias, puedes tomar una toalla de papel y pasarla sobre el pollo de forma delicada. De esta forma, eliminarás una parte del líquido con bacterias.
  4. Siempre que vayas a cocinar esta carne, lava tus manos con agua y jabón antes y después de manipular la proteína (lava tus manos, el pollo no).
  5. Por nada del mundo comas pollo crudo. Con el propósito de asegurar que la carne tenga la cocción correcta, utiliza un termómetro de cocina. El pollo está cocido y consumirlo es seguro cuando llega a los 73.8 °C.
  6. Es indispensable lavar las tablas que estuvieron en contacto con el ave con agua y jabón para retirar cualquier residuo posiblemente contaminado.

Te puede interesar: Enchiladas suizas verdes y rojas gratinadas: se hacen en refractario

Más sobre los riesgos de la salmonella presente en el pollo

Conforme a una publicación del CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos), la salmonella es una de las principales causas de intoxicación alimentaria. Uno de sus vehículos más importantes es el pollo, tanto que en EUA se sabe que uno de cada veinticinco paquetes de este alimento está contaminado con dicha bacteria.

Para evitar la intoxicación por salmonella, lo recomendado es cocinar el pollo de forma correcta, evitar lavar el pollo con agua y asegurar que la carne cruda no tenga contacto con otras superficies ni alimentos. Así alejarás a las bacterias, causantes de enfermedades, de tu comida, tu familia y tu estómago.

¡No laves el pollo y cuida a tu familia!

Para ver más contenido como este, sigue nuestra página de Facebook y suscríbete a nuestro canal de YouTube.

Te puede interesar: